viernes, 19 de diciembre de 2008

Libertad

Un concepto cuya indemostrable existencia me inicia a una incansable búsqueda.



Como todo buen joven, siempre queriendo generalizar y encontrar patrones en la vida, iniciaré mi trabajo definiendo cómo sería alguien libre en cualquier dimensión, planeta, espacio, galaxia, sistema, etc.


Definición 1.-Un ente libre es todo aquel que no se ve impedido en un instante en el cual habrá de realizar cualquier acción que le genere satisfacción.


Para trabajar con esto será necesario reducir nuestro conjunto tratado a los seres vivos, para lo cual tomaremos uno aleatorio; nombrémosle Bob. Entonces Bob será libre si y sólo si: de las acciones que es capáz de asimilar; el subconjunto de ellas que corresponde a las que lo satisfacen está totalmente contenido en el subconjunto que corresponde a las que puede realizar en el momento que así lo requiera.


Para ahorrarnos un poco de notación abreviaremos:
AA: Conjunto de acciones que Bob es capáz de asimilar.
AS: Subconjunto de AA que corresponde a las acciones que lo satisfacen (a Bob).
AZ: Subconjunto de AA que corresponde a las acciones que (Bob) puede realizar en el momento requerido.


NÓTESE: Al reducir nuestro conjunto a los seres vivos; al referirnos a las acciones que causan satisfacción englobamos a las necesidades y a los placeres.


Resaltemos tres casos de vital importancia:


  1. Si Bob puede realizar toda acción que es capáz de asimilar en el momento deseado entonces es libre. Esto es porque en particular puede ser una actividad que le genere satisfacción; lo que cumple con la definición de ente libre.

  2. Si Bob no puede asimilar ninguna actividad que le genere satisfacción entonces es libre. Esto es cierto por vacuidad (i.e. no existe alguna actividad que le genere satisfacción y que además no pueda realizar en cualquier momento).

  3. Si Bob puede hacerlo todo, entonces es libre, aunque si es así también es Dios y por lo tanto Bob no existiría ya que Dios no existe.


Pero no hay que desanimarnos, no escribo esto para demostrar que sólo los idiotas, los esclavos y Dios son libres, supongo que los lectores se sentirán desamparados al saber que no entran en la definición de ente libre, así que les daré un premio de consolación. Definiremos un rango.

Bob será 100% libre si al dividir la cardinalidad de AS∩AZ entre la cardinalidad de AS el resultado es 1, en cualquier otro caso el porcentaje será el resultado de la división multiplicado por 100. En esta nueva definición notamos que hay una indeterminación al evaluar el caso donde nuestro querido amigo Bob es un esclavo que no conoce el placer, esto me hace dudar de cómo tomarlo ¿Será 100% o 0% libre?


Al introducir nuestros cálculos a la sociedad notamos fácilmente lo difícil que es ser 100% libre, esto es por muchas razones y de esas, las siguientes son sólo algunas:

La Moral:
Aunque se encuentre en distintas presentaciones en la gente, a fin de cuentas sirve para lo mismo; restringir tus acciones a lo que está bien aceptado socialmente.

La Ley:
Normalmente aquellos que desean gozar de una plena libertad suelen ser peligrosos por lo que se les encierra es una jaula.

Los Demás:
No estar sólo en el mundo también te limita; hay quienes ejercen su libertad perjudicando la tuya; ruidosos, arbitrarios, asaltantes, violadores, eclesiásticos, policías, gobernantes, asesinos, secuestradores, militares, etc.

El Miedo:
Regularmente uno se limita a hacer lo que le está permitido y lo que no suena riesgoso debido a causas externas, es decir el caso anterior.

La Fantasía:
Puedo desear tanto ser un dios sabiendo que eso me colmará de satisfacción, pero al volver a la cruda realidad solamente me veo frustrado por intentar algo ilógico (¡Ja! Un dios…).


Ordenar las ideas permite armonía en los pensamientos. Luchaba por libertad si saber a que me refería, ahora ya puedo decir que mi lucha es para evitar algunos casos que se han tratado en este escrito; los que tienen libertad indeterminada o “que tiende a” y los que no se moderan, pero también el trabajo es diseñar una nueva moral con un buen uso de la razón y de la conciencia.

martes, 4 de noviembre de 2008

Y al final


¿Miles? no; ¡Millones cada mañana! mi recamara es invadida por ellas, desde la más obvia hasta la más complicada, desde la más tonta hasta las más discutida; me tienen tan confundido todas estas preguntas ¡¿Cuál responder primero?! ¡No sé cómo hacerlo!... Los minutos transcurren, Einstein, Gauss, Nietzsche, Goethe y Homero aparecen siempre con una respuesta absurda, no dejan de ser simples inmortales aburridos, lo sé, vienen a burlarse de mí con sus retumbantes risas; siempre termino implorando su silencio.


Como todo joven promedio que va a la universidad con ganas de escuchar lo que sus sabios profesores traen preparado, dejo las preguntas a un lado y cuando los inmortales abandonan la recámara, ya con unas horas encima, decido levantarme para cumplir con la fastidiosa rutina. Ansioso, espero el momento para continuar la apasionante búsqueda de respuestas, siempre consultando al amigo que todo lo sabe pero lo oculta.


¡Maldita sea la hora en que me parieron como humano! hubiese preferido ser un árbol de zanahorias ¡Si! eso; ¡Un estúpido árbol de zanahorias que crece en el agua! ¡Ahh! ya siento como los pequeños pececillos de vibrantes colores mordisquean mis alargados frutos de color naranja. Debilidades humanas; lo que más aborrezco de mi despreciable ser ¡Sentimientos! como quisiera ser una piedra de sangre fría ¡Sangre helada! que no se preocupa más que por seguir siéndolo sin ser molestada. Lamentablemente... no lo soy y cada día debo enfrentarlos, no consigo el control ¡Es imposible! y Liz me lo advirtió.


El sol se esconde, mi amada afrodita disfrazada de astro me observa, desde lo alto, enamorada, mientras las musas me apaciguan en su bello regazo de deliciosos pensamientos y brillantes ideas, y yo, sujeto del sedoso lienzo de sabiduría que me conceden, doy inicio a mi trabajo.


Cuando el infinito silencio deja de escucharse escribe una señal en los juguetones laureles nocturnos, hay que descansar.


Y al final todo comienza; las preguntas, Einstein, Gauss, Nietzsche, Goethe, Homero y ¡Sus retumbantes risas! El amigo que todo lo sabe, el árbol de zanahorias, los sentimientos...