martes, 6 de enero de 2009

Sofía

Entre gotas blancas que caen al suelo esparciéndose y rebotando, el cielo ha explotado y el mundo se reorganiza, un gemido con sabor a agua tibia se escribe en los párpados de la naturaleza y lo único que se dice es nada; sólo nada. El sinsentido recobra parte de su existencia y nuevamente la pierde -¿Qué es lo que no debes preguntar?- Agitada inhala y exhala, –Lo que ves es lo que es, no lo que crees– la Verdad que muere de soledad, virgen de cuarenta que mezcla crema y miel entre sus dedos, el Bien, de paz y bienestar, y el oscuro y ardiente Mal, sus contrarios y contrarios entre sí, le desprecian, la fea del vecindario y su preparado de crema y miel. El aroma cambia, el color se torna rojo, mas no hay sangre en el agua ni en el aire; sólo sabrosas gotas que envenenan de juventud y amor –Te doy la mano con mi vida en un sobre de papel y sólo por una cucharada de tu preparado de crema y miel–